Existen numerosas soluciones informáticas para optimizar los inventarios de productos. Basta con buscar en Google «optimización de stock» … En realidad, el stock no puede optimizarse. Veamos por qué.
En primer lugar, hay que entender qué es el stock y cuál es el funcionamiento de una cadena de suministro.
Veamoslo desde dos ángulos:
Consideremos ahora la naturaleza intrínsecamente dinámica de una cadena de suministro. Los mercados generan demanda, es decir, un ritmo de consumo de sus productos, que conduce aguas arriba a un ritmo de consumo de sus productos semiterminados, sus componentes comprados, y que se propaga en forma de un ritmo de consumo de múltiples artículos en su red de proveedores.
Este ritmo de consumo -el ritmo de la demanda- se apoya para cada artículo en un flujo de aprovisionamiento.
Es la diferencia entre la velocidad a la que llega esta oferta y la velocidad a la que consume el mercado lo que hace que las existencias aumenten o disminuyan. En el extremo, el consumo desaparece y se generan existencias obsoletas… o el consumo es mayor y generamos escasez… que detiene el consumo.
Lo que hay que optimizar son los flujos, no el stock. Optimizar los flujos significa ajustar al máximo el flujo de suministros a la demanda real. Cuando la demanda aumenta, nos abastecemos más, y cuando disminuye, reducimos el ritmo.
Se trata de ajustar el flujo de suministro, no de llenar depósitos estáticos.
Para permitir esta adaptación continua del ritmo de la oferta al ritmo de la demanda, tenemos que romper una serie de malos hábitos…
Las soluciones basadas en la demanda nos llevan de la mano para ayudarnos:
La optimización del flujo es muy diferente de las soluciones tradicionales de optimización de las previsiones y optimización del stock de seguridad. Intuiflow utiliza técnicas analíticas (Auto-Pilot AI, análisis de procesos, simulación, etc.), pero sobre todo se basa en el conocimiento y la inteligencia colectiva de los equipos para diseñar el modelo de flujo y mejorarlo continuamente.