Las fábricas son el lugar donde se crea valor: los flujos de una fábrica determinan la capacidad de la empresa para responder al mercado.
Cuando visite una fábrica, más allá de las máquinas de última generación, las impresionantes tecnologías y las ejemplares 5S (o no), intente comprender cómo estos flujos están conectados con las necesidades de la empresa y sus clientes.
Una visita es rápida – una hora o dos- y hay que intentar sacar rápidamente algunos elementos clave.
Cuando visito una fábrica por primera vez, les pido, si es posible, empezar por el final del proceso y retroceder hasta las materias primas.
Estamos acostumbrados a empezar por la recepción de la materia prima y seguir las etapas de transformación, en el sentido del flujo.
Empezar por los productos terminados y la forma en que se envían a los clientes permite comprender mejor el modelo de negocio. Esto incluye plantearse preguntas sencillas: ¿fabrican contra stock o bajo pedido?
Sorprendentemente, la respuesta a esta pregunta no siempre está clara. Tendrá que investigar si, como he oído recientemente, la respuesta es «fabricamos bajo pedido en función de las previsiones»… También he oído «fabricamos bajo pedido, en función de los pedidos realizados por nuestra red de distribución». Hm.
Empezando por los productos terminados, podemos plantearnos preguntas sobre la demanda de los clientes, los plazos de entrega que esperan, las variantes de productos que hay que entregar, y arrojar luz sobre el flujo ascendente dándole un significado: este flujo tiene un propósito.
Este enfoque facilitará la identificación de los puntos de desacoplamiento existentes o relevantes que deben crearse, las diferentes fases, las limitaciones en el flujo – y el impacto de estas limitaciones (capacidad, cambio de serie, campaña, secuenciación, etc.) en la habilidad de satisfacer los requisitos del cliente.
Un modelo operativo industrial no está ahí para hacer funcionar las máquinas o mantener ocupados a los operarios de forma eficiente. Está ahí para responder a la demanda del cliente y generar beneficios en ese proceso. El significado principal de «Demand Driven» es el siguiente: gestionar un flujo para satisfacer la demanda del cliente, de forma eficiente.
Si, a medida que avanza por el flujo de la fábrica, observa que el trabajo en curso no guarda relación con lo que usted entiende por petición del cliente, si observa esquemas de producción que no parecen ajustarse a los plazos de entrega previstos o con la frecuencia de los cambios, ¡haga preguntas!
En cada fabrica, se plantean algunas preguntas clave:
- ¿Llegamos pronto o tarde? ¿Cómo lo ve?
- ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Por qué fabricar esto? ¿Estamos preparados para la próxima producción? ¿Cómo lo ve?
Si tiene la oportunidad, antes de visitar una fábrica, recopile información: la visita será más productiva si ha podido preparar de antemano preguntas basadas en datos.
Según mi experiencia, hay dos tipos de datos que tienen un valor incalculable:
- Históricos diarios de ventas o demanda de los productos terminados de la empresa. Analizándolos y haciendo simulaciones, podrá hacerse una idea anticipada de la señal a la que tiene que responder la planta, y sus preguntas serán más incisivas.
- Historiales de transacciones de los procesos de fabricación, para que pueda analizarlos mediante el análisis de procesos. De este modo, acudirá al taller con los diagramas de flujo y los informes de colas delante, lo que le permitirá entablar inmediatamente un debate fundamentado con sus interlocutores.
En cualquier caso, al final de la visita, y mientras aún esté fresco en su mente, dibuje un macrodiagrama de los flujos que acaba de recorrer, identificando los puntos clave: limitaciones, stock, colas.
Estos principios también se aplican fuera de la fábrica. Si está evaluando una cadena de suministro de principio a fin, por compleja que sea, empiece por el final -por la demanda-, identifique las principales limitaciones y elabore los macroflujos. Este soporte le permitirá involucrar a los implicados para definir el modelo objetivo.