La mayoría de las empresas están experimentando tiempos difíciles en el lado del aprovisionamiento. Los contenedores se acumulan en un lado del mundo y faltan en el otro. Los retrasos se acumulan, la variabilidad es máxima en la supply.
¿Pueden nuestras cadenas de suministro estar realmente basadas en la demanda en este contexto? ¿Sigue funcionando el modelo pull? ¿No deberíamos cambiar a un modo push y hacer lo que podamos con los suministros que tenemos?
¿Tenemos los procesos y herramientas adecuados para superar este momento?
Los responsables de la cadena de suministro, los consultores y los desarrolladores de software históricamente han mirado más a la demanda (previsiones de ventas) y a la variabilidad de la misma (fiabilidad en las previsiones, algoritmos de stock de seguridad) que en el lado del aprovisionamiento, al menos desde los últimos treinta años.
Hay algunas excepciones, por ejemplo, en las cadenas de suministro que hacen proyectos (ETO), donde los gerentes logicamente se centran más en la variabilidad del lado de la supply que en la variabilidad de la fecha requerida. Pero aún así.
Una empresa me preguntó recientemente: usted aboga por el modelo pull flow, pero ¿sigue funcionando actualmente?
El flujo pull no es un flujo ajustado.
En primer lugar, volvamos a una confusión común. «Modelo Pull flow» significa alinear nuestros flujos a la demanda real: el consumo, los pedidos en firme. No significa no tener protecciones, en forma de stock, por ejemplo. » Position, Protect and Pull»: posicionar los inventarios, los buffers de tiempo y los buffers de capacidad, proteger el flujo, dimensionando y adaptando estos buffers, y tirar del flujo usando demanda real, estos son los fundamentos de Demand Driven.
Estos buffers son inversiones, y depende de nosotros dimensionarlos correctamente y adaptarlos a las circunstancias. ¿Es el momento de reducir los objetivos de inventario cuando las cadenas de suministro son largas? Probablemente no…
Sea pragmático y ágil para adaptar su modelo
La situación actual exige adaptar el modelo. Aumentar las zonas rojas cuando sabemos que el flujo está en riesgo y es relenate. Tal vez haya que pedir temporalmente lotes más grandes, si eso puede asegurar el flujo. Tal vez haya que hacer pedidos puntuales a determinados proveedores.
También es el momento de ser más ágiles en la colaboración entre funciones y con los proveedores, y en la adaptación: el CEO de VW expresó recientemente su admiración por Tesla, que fue capaz de modificar cierto software en pocas semanas para utilizar diferentes chips electrónicos y así compensar las interrupciones.
Las ventajas actuales del modelo pull flow
Pull flow significa generar señales de demanda y prioridades lo más cerca posible de las necesidades reales del mercado. Tomamos las decisiones lo más tarde posible (pero no demasiado). Así nos aseguramos de asignar nuestros recursos a las prioridades correctas en el momento necesario. Si nuestros recursos -materiales o capacidades- son escasos, ¿qué puede ser más importante que no desperdiciarlos en los productos equivocados?
Un principio básico del modelo pull es producir sólo lo que se necesita. La tentación de producir lo que se puede con lo que se tiene, «para mantener a la gente ocupada» a veces es grande. Si es relevante y validado en su S&OP adelantar las necesidades en determinados productos con riesgo, formalícelo bien en la adaptación temporal de sus buffers y asegure una disciplina estricta. Nada sería peor que desperdiciar recursos que son difíciles de obtener.
Demostración con evidencias
Varios de nuestros clientes pueden dar testimonio de ello, incluidos algunos del sector de la alta tecnología, que se han visto afectados por la crisis de los componentes electrónicos, en las líneas de productos que se han cambiado a DDMRP, el servicio al cliente es mucho mejor y el flujo es más estable en estos periodos de fuertes turbulencias.
La necesaria evolución de procesos y herramientas
Sin embargo, el periodo actual dominado por las limitaciones de suministro pone de manifiesto la necesidad de contar con funcionalidades más sofisticadas que las que ofrecen muchos paquetes de software «compatibles con ddmrp» del mercado. Entre los puntos de atención, podemos mencionar la sincronización entre las entradas de material y la capacidad de los centros de trabajo, la capacidad de prometer fechas fiables en los flujos de MTO, la anticipación de riesgos de escasez a medio plazo, la gestión eficiente en grandes conjuntos de datos, la colaboración con los proveedores, la gestión de escenarios S&OP, etc. Ya hemos integrado algunas de estas funcionalidades avanzadas en nuestras soluciones, y seguiremos enriqueciéndolas en las próximas semanas, teniendo en cuenta las situaciones encontradas por nuestros clientes.
Mirando al futuro
No hay ningún secreto. La mejor solución para una cadena de suministro ágil y resistente es acortar los plazos de entrega. Parece obvio, pero algo que se ha ignorado o subestimado durante décadas, a favor de un enfoque cortoplacista de los costes unitarios, como demuestran nuestras cadenas de suministro colapsadas por la falta de contenedores y los precios disparados por una supuesta recuperación más fuerte de lo esperado. Si los plazos no fueran de varios meses, la adaptación a una recuperación no sería una preocupación.
Podemos- debemos- soñar con una cadena de suministro más local, con plazos de entrega más cortos, infinitamente más respetuosa con el medio ambiente, y actuar a nuestro nivel para avanzar en esta dirección. ¿Esta cadena de suministro tendrá que ser gestionada con un modelo pull-flow? ¡Por su puesto que si!