Hace poco asistí a una conferencia sobre la cadena de suministro, donde quedó claro que los profesionales de la industria hemos sido unos terribles depredadores, unos criminales.
En las últimas 4 décadas, hemos deslocalizado la producción a países lejanos, hemos construido hábilmente largas y complejas cadenas de suministro y hemos multiplicado los volúmenes en transporte y sus emisiones de carbono asociadas.
Forbes publicó recientemente un artículo en el que se describía cómo las plataformas chinas de comercio electrónico Temu y Shein envían juntos el equivalente a 88 Boeing 777 de carga alrededor del mundo cada día…
Hemos hecho todo esto en busca de menores costes, a menudo compensados por la pérdida de agilidad, el aumento del trabajo en curso en la cadena y los riesgos asociados, incluidos los sociales y geopolíticos. Y, por supuesto, el impacto medioambiental nunca ha sido nuestra preocupación: ¡eso es cosa de los reguladores, no de las empresas!
No hay mucho de lo que enorgullecerse cuando se trata de una carrera en la cadena de suministro…
Pero eso era antes, ahora nos dedicamos a la «cadena de suministro verde» y a la reindustrialización, en los continentes europeo y americano, ¿no? Hemos aprendido de nuestros errores y nos hemos vuelto virtuosos.
Hm.
Entre nuestras iniciativas, por supuesto también estamos plenamente comprometidos con la digitalización. En todos los foros de la cadena de suministro se habla de big data, inteligencia artificial y, por qué no, inteligencia generativa. Blockchain, que estuvo de moda hace unos años, ha pasado de moda, pero no dejan de desarrollarse nuevas tecnologías.
Nuestras empresas tienen sistemas de todo tipo, una gama de aplicaciones digitales para complementar un sistema ERP en apuros.
Lea en la web de SAP « Visión general de la cadena de suministro sostenible » :
«La transformación digital y la creciente sofisticación de las tecnologías de la cadena de suministro digital están jugando un papel importante en la evolución de la sostenibilidad de la cadena de suministro. Big Data, analíticas avanzadas, inteligencia artificial (IA) y herramientas de seguridad, como sensores de blockchain e identificación por radiofrecuencia (RFID), han aportado una visibilidad y una responsabilidad sin precedentes a las cadenas de suministro modernas.»
Buena promesa tecnológica: más big data e inteligencia artificial nos permitirán hacer más ecológicas nuestras operaciones.
La demanda de capacidad informática se dispara. Los centros de datos consumen mucha energía. La demanda de centros de datos está poniendo a prueba las redes eléctricas de muchos países. Además, cada centro de datos consume enormes cantidades de agua para su refrigeración. El creciente poder de la inteligencia artificial, es voraz en términos de energía y agua, dos recursos clave para nuestro planeta.
¿Y si la «cadena de suministro verde» implicara también una digitalización frugal y razonada?
¿Qué significa una digitalización frugal y razonada? En esencia, significa ser pragmático y aplicar soluciones sencillas que aporten valor. Por ejemplo:
- Dimensiona correctamente las soluciones: no sucumbir a adornos llamativos (su cartera también se lo agradecerá).
- No utilice el aprendizaje automático cuando las reglas de negocio simples o las estadísticas básicas son suficientes.
- Reduzca el tamaño del conjunto de datos a los datos realmente útiles.
- Centrese en el diseño del modelo de gestión y su seguimiento por excepción.
- Simplifique los procesos en lugar de digitalizar la complejidad.
Si se centra en estos elementos, no sólo su digitalización consumirá menos energía, sino que sus usuarios le agradecerán que simplifique su día a día…