Una cadena, o red, es un sistema que reúne a varios participantes con motivaciones diferentes.
Una cadena de suministro está formada por proveedores y clientes. Ambos quieren maximizar sus beneficios, lo que puede ser antagónico: vendedores y compradores lo negocian a diario.
Una empresa está formada por un conjunto de funciones cuyo rendimiento se mide en función de indicadores que también pueden llevar a posiciones antagónicas. Ventas quiere aumentar el inventario, finanzas quiere reducir el inventario, la cadena de suministro quiere reducir el tamaño de los lotes, producción quiere aumentar el tamaño de los lotes, etc.
El reto consiste en garantizar que el sistema global de la cadena de suministro sea eficiente, aunque esté formado por eslabones con objetivos y medidas de rendimiento a menudo contradictorios.
Al mismo tiempo, todas las funciones de la empresa y todos los integrantes de la cadena de suministro tienen un interés común: crecer cumpliendo las expectativas de sus mercados.
La confianza es un ingrediente clave, tanto dentro de la empresa como con los Clientes y Proveedores.
El reto es cómo establecer y mantener esta confianza.
Compartir principios comunes
La primera prioridad de un líder de la cadena de suministro es asegurarse de que todos los implicados entienden y comparten unos principios comunes.
Estamos en el campo de la formación. APICS desempeñó este papel en su día, cuando codificó y difundió los principios de S&OP / MPS / MRP en las empresas. Lean / Six Sigma han hecho su contribución. El sistema de producción Toyota es exactamente eso: un conjunto de principios compartidos. El Demand Driven Institute ha aportado una nueva oleada de principios compartidos.
No cabe duda: para conseguir generar confianza, hay que invertir en la formación de los equipos. También se necesita divulgar y compartir estos principios con sus homólogos de otras funciones, y utilizar su influencia con sus proveedores y clientes. Para ello existen diversos formatos de formación, simulación y juegos que le ayudarán a conseguirlo.
Entre los principios más importantes para compartir, por supuesto, está el de que lo más importante es establecer un flujo rápido y fiable.
Además de la formación teórica, hay que dar vida a estos principios con el ejemplo, de forma práctica, en el día a día de la empresa, para que todos sean conscientes de cuáles son las buenas prácticas y dónde se están introduciendo mejoras. Habiendo trabajado en la industria durante casi cuarenta años, ésta es la parte más difícil del trabajo, pero también la más gratificante.
Compartir visibilidad
Para generar confianza, no hay nada como las visualizaciones basadas en los datos de la empresa y de los socios. El objetivo es visualizar de la forma más transparente y clara posible la información clave que guiará a la toma de decisiones: el estado de la demanda, el progreso de la fabricación, el estado de las existencias, la carga/capacidad para las próximas semanas, etc.
Las tecnologías de inteligencia empresarial (BI) han avanzado enormemente, por lo que hay que saber utilizarlas sabiamente para resaltar la información útil y apoyar a la toma de decisiones.
La visibilidad no sólo se comparte a través de los datos: los rituales de gestión, desde el S&OP hasta las reuniones a corto plazo y las revisiones con proveedores y clientes clave, también ayudan a mantener la confianza a través de la comunicación verbal e informal, siempre que estos rituales no sean de confrontación o carezcan de transparencia mutua.
¿Qué ofrece la tecnología?
La tecnología -como ya hemos visto con las herramientas de BI- puede ayudar, pero…
Todos tenemos muchos ejemplos en los que la tecnología no nos ha dado confianza. ¿Confían los planificadores en los resultados de los cálculos de requisitos del ERP? ¿El EDI, que existe desde hace décadas, nos ha dado confianza en la calidad y estabilidad de los requisitos de los clientes? ¿Creen sus proveedores en las previsiones que usted comparte con ellos? ¿Confían en la calidad de sus datos técnicos?
De hecho, a menudo confiamos más en la tecnología de uso cotidiano -por ejemplo, en nuestra hoja Excel favorita-, que podemos entender y dominar más fácilmente.
Los algoritmos oscuros no son de fiar. ¿Cómo explicar la algarabía en torno a la inteligencia artificial aplicada a la cadena de suministro, cuando somos testigos de sus reiteradas alucinaciones? Siento decepcionarte, pero la inteligencia artificial no favorece la creación de confianza.
Para que la tecnología fomente la confianza, las personas deben comprender y poder validar la importancia de sus recomendaciones. Las visualizaciones son fundamentales, al igual que la capacidad de ajustar las recomendaciones a la intuición y los conocimientos empresariales de cada uno.
Intentamos seguir estos preceptos en el desarrollo de Intuiflow, para que nuestra plataforma fomente el establecimiento de la confianza de un extremo a otro de la cadena.